El gobierno surcoreano ha lanzado una severa advertencia a sus ciudadanos que viajen o vivan en el extranjero: fumar cannabis, incluso en países donde sea legal, puede acarrearles un severo proceso penal a su regreso a Corea.
Esto porque el Ministerio de Justicia busca hacer cumplir las leyes nacionales y reducir el consumo de drogas ilegales entre la ciudadanía coreana.
Los ciudadanos coreanos que consumen cannabis en el extranjero, incluso en regiones donde se ha legalizado, se arriesgan a una pena de hasta cinco años de cárcel a su regreso a Corea del Sur.
En un movimiento proactivo, el Ministerio de Justicia ha anunciado planes para lanzar el próximo mes una campaña de concienciación sobre los riesgos legales asociados al consumo de cannabis. La campaña incluirá nuevos videos y carteles ampliamente distribuidos para promover el mensaje de advertencia.
Corea del Sur tiene una de las legislaciones sobre drogas más estrictas del mundo, con una política de tolerancia cero hacia la posesión, consumo y distribución de sustancias ilegales.
La Ley de Control de Estupefacientes define el marco legal que rige estas actividades y prevé severas penas en caso de infracción.
La ley clasifica las drogas en varias categorías, incluidos los estupefacientes, los psicotrópicos y el cannabis, cada una de ellas con normas y penas específicas.
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